Su nombre hace referencia a las luces de la Riviera francesa al caer la noche, el collar y la pulsera riviere reflejan un hilo de luz y brillo continuo formado por diamantes seguidos uno tras otro.
La pulsera y el collar riviere son un clásico en joyería que no entiende de modas. Se trata de piezas de joyería que se diferencian del resto por su sencillez y elegancia y que jamás se ven anticuadas. Ideal para cualquier ocasión y fácil de combinar gracias a su forma lineal y sofisticada.

A la pulsera riviere también se la conoce como pulsera de tenis (tennis bracelet). Recibió este nombre accidentalmente gracias a la tenista norteamericana Chris Evert. Chris Evert tenía como costumbre llevarla en todos sus torneos y en 1987 interrumpió un campeonato al haber perdido la pulsera durante un set. En la conferencia de prensa que siguió a este evento, la tenista explicó que la interrupción era inevitable porque nunca había perdido de vista su pulsera de la suerte a la que llamó “pulsera de tenis”.
El diseño clásico de una pulsera o un collar riviere suele portar diamantes que pueden ser de distintas tallas, pero siempre todos iguales y en línea. Existen versiones más atrevidas que combinan diamantes de distintas tallas, diamantes con piedras preciosas o únicamente de piedras preciosas, como el rubí, el zafiro o la esmeralda.

La montura suele ser de oro blanco o platino y puede realizarse en diferentes versiones ya sea con garras distribuidas de varias formas, en carril, en chatón o en engaste invisible. El ejemplo clásico está formado por diamantes talla brillante seguidos uno tras otro sin mucha separación a cuatro garras en una montura de oro blanco. Una montura sin comienzo ni final que simboliza el amor eterno.
La riviere es una pieza excepcional, atemporal y única, que podrás lucir en cualquier momento. Una de las joyas que no debe faltar en el joyero de una mujer.
